Después de tres días en la Huasteca Potosina, era tiempo de decir adiós, no sin antes visitar por el increíble sitio natural denominado Puente de Dios. Este lugar se encuentra aproximadamente a 2 horas de Aquismón, lugar donde nos hospedamos.
Puente de Dios |
Nuestro último día fue increíble, el lugar tiene una belleza donde las fotos no le hacen justicia. A pesar de que hay demasiada gente, ya que es uno de los sitios más populares de la huasteca, se sentía única.
Como les comento, yo no sé nadar, y aunque tenga el chaleco salvavidas, sigo teniendo miedo a nadar. Sin embargo, nadé un poco pero no en la poza azul del puente de Dios, sino en otros sitios donde también llega el agua del río y donde no es tan profundo. A pesar de eso, me salí para explorar un poco otros lugares. No caminé por mucho tiempo pero lo disfruté, en ese momento solitario, me llegó la nostalgia del final de esta aventura donde pude vivir experiencias emocionantes, más adelante les comentaré mi speech final.
Puente de Dios |
Puente de Dios son de esos lugares donde no quieres estar un par de horas, al contrario, todo el día, aunque los dedos o todo tu cuerpo se haga pasita, pero vale totalmente la pena. Es un lugar para solitarios, para enamorados, y sobre todo para familias enteras. Los adultos se volverán niños de nuevo y los niños harán lo suyo; hacerse del lugar.
Puente de Dios |
Unos pequeñas recomendaciones antes de visitar el lugar y cuando estén en él.
Primero, deben rentar los chalecos salvavidas, tienen un costo aproximado a $30.00 pesos mexicanos.
Segundo, asegúrense de llevar ropa de repuesto y lo principal, tener zapatos especiales para nadar, ya que las piedras pueden resultar resbalosas y muchas te pueden lastimar.
Tercero, no sólo se queden en un lugar. Si tienen todavía tiempo, exploren la zona, les aseguró que les encantará.
Puente de Dios |
Y así fue que San Luis Potosí me sorprendió, si bien, el congreso no resultó como esperaba, los tours sí lo fueron. Ni en mi vida hubiera imaginado nadar en un río aunque sea con chaleco. Tampoco hacerlo en puente de Dios, ahí fue que comprendí la diferencia entre vivir, y existir. Vivir es explorar todas tus emociones, sentimientos; pasar de estar amargado, a tener un energía y adrenalina increíble que ni tú mismo puedes entender. Y existir es en mi simple punto de vista, seguir con la misma rutina de siempre, no dejarse sorprender por nada.
Viví experiencias increíbles, hice nuevos amigos, que es lo mejor de los viajes.
Como mencionaba antes en mi tiempo solitario en Puente de Dios. Pensar en aquel momento que era mi último día, que el día siguiente iba a ser mi rutina como estudiante, me puso nostálgico. Ahora entiendo que la vida se va muy rápido, y les escribo esto dos años después de esas experiencias. Así que DÉJENSE SORPRENDER, nunca se sabe cuando será la última vez que viajamos.
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