Desde hace mucho tiempo yo deseaba conocer la huasteca potosina pero por una u otra razón no pude realizar ese sueño, hasta ahora.
Cuando vi un evento acerca de San Luis Potosí, no dudé en participar en dicho evento. Para mi era un sueño a punto de cumplir y ahora que me acompañaba mi cámara, sería uno de mis mejores viajes que realizaría.
Legó el día para partir a San Luis Potosí. Me sentía muy desesperado para conocer las maravillas naturales de ese bello Estado.
En resumen, mi viaje fue una experiencias inolvidable, la primera parada fue Cascadas de Tamul, sin duda alguna la mejor experiencia de mi vida, nunca había estado tan feliz como aquel día, cada vez que lo recuerdo, casi las lagrimas caen con mucho sentimiento y agradecimiento a tan bellos momentos. Una cueva espectacular tipo cenote y un puente de madera que hacía aún más enriquecedor el día.
Salimos a Xilitla, un castillo surrealista en medio de la naturaleza y con un entorno familiar y muy tranquilo. Caídas de agua que en conjunto con la majestuosidad del lugar, hacía que el tiempo quedara parado para el disfrute de todos.
Al día siguiente, una parada a
Cascada Minas Viejas. Una caída de agua muy alta que con un agua color
turquesa hacía que el paisaje fuera impresionante, perfecto para tomar
fotos.
Partimos hacía los saltos en Micos, un conjunto de más de 5 cascadas donde tenían que saltar para caer en el agua, el cual los que se animaron, era forzoso saltar. En lo particular, mi miedo a las alturas y el no saber nadar aún teniendo el chaleco, hicieron que fuera a relajarme viendo el panorama de ese lugar.
En realidad, el lugar no fue tan agradable, quizá para las personas que saltaron las cascadas fue inolvidable, pero viéndolo con un ojo crítico, el lugar no era tan bonito, había mucha contaminación tanto del agua como de personas, a mi no me gusta estar en medio de mucha gente. Cosa que es un asunto meramente personal.
En el último día del viaje, fue
muy cansado. Debido a que no dormí mucho si acaso 1 hora. En ese día, los que
habían pagado por ir al Sótano de las Golondrinas, teníamos que estar
puntualmente en la recepción del hotel a las 5 de la mañana para poder observar
el espectáculo de estas aves.
Cuando estábamos ahí, aproximadamente a las 8:30 de la mañana, las aves empezaron a salir poco a poco; un espectáculo inigualable.
Después de subir más de 500 escaleras (puede que exagere pero eran muchas) nos retiramos al hotel para empacar todo y salir a nuestro último destino con maleta hecha; Puente de Dios.
En ese lugar fue algo hermoso, fotos por doquier y con un ruido del agua tranquilizante que con un solo descanso, alcanzaba para poder estar a gusto con el lugar. Relajación total.
En este viaje pude reflexionar con lo que el ser humano está haciendo. Al parecer estamos jugando a ser Dios, donde todo lo queremos hacer turístico y construir miles de cosas, sin embargo, no nos damos cuenta que en este planeta, nosotros sólo somos huéspedes y que la naturaleza con el tiempo se cobrará todo lo que hemos hecho.
Lo único que podemos hacer es, disfrutar todas estas riquezas que la naturaleza nos da. Y créanme que cuando uno viaja, puede adquirir miles de cosas que en la escuela, noticieros, revistas, etc... no pueden dar.
Viajando el ser humano se hace
más sabio, puede identificar problemas que quizá en libros nunca había visto.
Solo viajando se puede conocer la verdadera esencia de un destino.
Gracias San Luis Potosí. Por ahora la mejor experiencia que tengo.
Gracias a todas las personas que me topé tanto en el camión como de otros estados, y a las personas que me hicieron el favor de tomarme fotos. Mil Gracias.
Invierte en ti, compra
experiencias.
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