Bueno este no es una publicación sobre mis experiencias de viajes, sino de algo que muchas personas tenemos en la vida y que para muchos es el soporte de la misma, ya que una vez que se pierde, tarda tiempo en reaparecer.
¿Quién no se ha decepcionado de
un amor?
¿Quién no ha llorado por eso?
O la pregunta sería ¿Perdiste la
esperanza hacia algo o alguien?
Bueno, en esta ocasión son ambas cosas, que casi pierdo pero que afortunadamente afronté y pude superar.
No hace mucho tiempo tuve la oportunidad de asistir a un evento sobre unas becas que serían otorgadas a alumnos de diferentes universidades de Morelia.
No me imaginaba que yo fuera uno de tantos elegidos para poder emprender un viaje a un destino interesante como el hacer un voluntariado, esto significa ayudar en temas sociales o ambientales.
En tan solo una semana tuve una bipolaridad increíble. Mi estado de ánimo pasó de estar emocionado hasta llegar a un punto donde no paraba de llorar, y en menos de 4 días, la desilusión total.
Siempre me he caracterizado por ser una persona con garra y aferrada, pero aspectos personales, afectaron en la toma de decisión de no participar en dicho programa.
Ahí de verdad perdí la esperanza por un momento. Creía que mis sueños se destruirían y jamás pero ¡JAMÁS! volvería siquiera a pensar en ello. Lamentable.
Pero mis pensamientos positivos y la verdadera amistad sacaron adelante mis ganas de pisar más fuerte y aferrarme aún más en mis sueños.
Muchas personas no se dan cuenta de muchas cosas. Quizá sean personas influyentes, pero son influyentes en pendejadas. No hacen nada por alguien cuando realmente se necesita ni apoyan proyectos en beneficio de las demás personas o comunidades.
Creo que este pequeño tropiezo me ha hecho ver cosas que jamás me había imaginado ver, personas que te agarran de los pies para que no vueles alto, simplemente te matan las ilusiones.
Ahí es cuando me pregunto ¿Tan mal estamos los seres humanos? En lugar de apoyarnos, nos destruimos.
Es por eso que gracias a personas
increíbles y de otras que no imaginaba que me dieran ánimos, me los dieron y pude salir adelante.
Fue una experiencia dolorosa pero, comprendí que aquellas personas que llamamos "amigos" no lo son tanto, y otras personas que conocemos poco de ellas o no nos juntamos, son las que más ayudan .
Así que no me queda más que decir GRACIAS. GRACIAS a aquellas personas que me apoyaron y, ¿por qué no? a las que nunca vieron por mi, me abrieron más los ojos y respeto que no lo hayan hecho.
Siempre diré "hagan algo por
su tierra" yo no estoy para echarme flores pero ya lo estoy haciendo.
Reflexiono un poco en mis viajes y ya veo las cosas diferentes. El poder
de viajar te hará cambiar de opinión o no.
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