Hay muchas cosas que se aprenden en un viaje y más cuando se viaja en grupo, son de esos momentos tan emocionantes y placenteros que cualquier persona que guste de viajes largos le encantaría. Quizá los viajes largos son pesados y en algunas ocasiones te pueden llegar a fastidiar o enojar, aunque todos esos sentimientos son perfectamente recompensados. Esos lugares asombrosos que hacen que el mal momento del viaje quede atrás para poner atención a lo que a continuación veremos.
Los motivos son varios, cada persona tiene un estereotipo de viaje, a muchas personas les puede gustar o no el itinerario, pero lo importante es que cada viajero tiene su propio espíritu aventurero y que quiere encontrar cosas poco comunes o simplemente quiere gozar de una estancia agradable en compañía de sus amigos.
Después de una noche tranquila en el hotel de Cuernavaca, nos despertamos para desayunar para que pudieramos partir a Tula Hidalgo, una zona arqueológica de las que más me gustan del país por su historia pero sobre todo por las cariatides o mejor conocidas como Atlantes.
Todos en el camión estábamos muy cansados ya que el trayecto de Cuernavaca-Hidalgo fue muy tedioso y largo, pero al final fue recompensado en la visita de la zona arqueológica de Tula, con ese calor agobiante pero con la certeza de que estábamos pisando territorio tolteca del cual tiene un significado muy especial.
En lo particular pensé que la zona arqueológica de Tula era más grande de lo que mostraban en la televisión y que además habían muchos atlantes pero no, lamentablemente no hubo más atlantes y la zona arqueológica me gustó pero no como yo lo esperaba.
Lo que me gustó fueron los museos y la sala donde presentan algunas fotografías y piezas que fueran encontradas en el lugar como partes de las cariatides, estelas, entre otras cosas.
Los Atlantes son el símbolo del lugar y donde todos obligatoriamente se tenían que tomar fotos.
Tiene dos juegos de pelota aunque un poco erosionados y poco cuidados aunque sé que encontrar un juego de pelota completo es casi imposible de encontrar pero sólo tenían las gradas y la forma de I que es muy característico de cualquier zona arqueológica.
Fue una tarde increíble, ya que cumplí el sueño de poder visitar esta zona arqueológica aunque me dejo un poco desanimado por lo que sucedía alrededor como las industrias que sacaban humo negro y el cual afectaba el paisaje que tenía desde lo más alto de la zona arqueológica, un poco sucio el paisaje pero valió la pena conocerlo.
Después de conocer y dar (como suelo hacerlo) un recorrido a profundidad de la zona arqueológica, decidimos partir a comer para después ir a un lugar emblemático como lo fue Actopan con un ex convento de lo más impresionante que he visto. Pero esa es otra historia.
Los motivos son varios, cada persona tiene un estereotipo de viaje, a muchas personas les puede gustar o no el itinerario, pero lo importante es que cada viajero tiene su propio espíritu aventurero y que quiere encontrar cosas poco comunes o simplemente quiere gozar de una estancia agradable en compañía de sus amigos.
Tula, Hidalgo |
Después de una noche tranquila en el hotel de Cuernavaca, nos despertamos para desayunar para que pudieramos partir a Tula Hidalgo, una zona arqueológica de las que más me gustan del país por su historia pero sobre todo por las cariatides o mejor conocidas como Atlantes.
Todos en el camión estábamos muy cansados ya que el trayecto de Cuernavaca-Hidalgo fue muy tedioso y largo, pero al final fue recompensado en la visita de la zona arqueológica de Tula, con ese calor agobiante pero con la certeza de que estábamos pisando territorio tolteca del cual tiene un significado muy especial.
En lo particular pensé que la zona arqueológica de Tula era más grande de lo que mostraban en la televisión y que además habían muchos atlantes pero no, lamentablemente no hubo más atlantes y la zona arqueológica me gustó pero no como yo lo esperaba.
Lo que me gustó fueron los museos y la sala donde presentan algunas fotografías y piezas que fueran encontradas en el lugar como partes de las cariatides, estelas, entre otras cosas.
Los Atlantes son el símbolo del lugar y donde todos obligatoriamente se tenían que tomar fotos.
Tula, Hidalgo |
Tula, Hidalgo |
Fue una tarde increíble, ya que cumplí el sueño de poder visitar esta zona arqueológica aunque me dejo un poco desanimado por lo que sucedía alrededor como las industrias que sacaban humo negro y el cual afectaba el paisaje que tenía desde lo más alto de la zona arqueológica, un poco sucio el paisaje pero valió la pena conocerlo.
Después de conocer y dar (como suelo hacerlo) un recorrido a profundidad de la zona arqueológica, decidimos partir a comer para después ir a un lugar emblemático como lo fue Actopan con un ex convento de lo más impresionante que he visto. Pero esa es otra historia.
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