“Invertir en un viaje es invertir para uno mismo” . Estoy de acuerdo con estas líneas, aunque en lo personal, puedo agregar también que, para formar una cadena de armonía, cuando se comparte una experiencia asimismo compartimos una mezcla de emociones y aprendizajes a los demás, formando en cierto modo una riqueza personal tanto para el que lo comunica como para el que lo recibe. Dicen que: no importa el lugar en el que estés, sino con quién te encuentres. Claramente, la primera persona debe de ser uno mismo y la segunda es con quien deseemos compartir. Hay un sin fin de lugares cercanos o lejanos que conocer, personas con distintas historias increíbles para ser escuchadas y momentos por sentir. Realmente es un tanto inefable expresar esta sensación de experimentar y conocer, no hay mayor alegría que conectarse con uno mismo , ese efecto que se logra sentir, pensar y actuar de una forma positiva, transmitiendo un ambiente de armonía para los demás. Un viaje nos puede enseña